Santa Catalina de Siena y la oración en un combate inesperado

Siempre me ha llamado la atención Santa Catalina de Siena, en principio porque es doctora de la Iglesia, y desde niña me llamaron mucho la atención las doctoras, principalmente porque eran mujeres de sabiduría, y porque escribieron. Pero no sabía mucho de ella, así que como algo muy casual, ayer me puse a escuchar la historia de su vida en un podcast.

Su historia me conmovía tanto desde el principio que me la pasé llorando… Unas veces por el testimonio de su amor a Dios, otras por las visitas que le hacía Cristo mismo, o por sus actos de amor al prójimo… No obstante, hubo un pasaje de su vida que no me hizo llorar como tal, pero que me impactó grandemente: Su visita al Papa Gregorio IX para pedirle que regresara a Roma, pues el Papa se encontraba viviendo en Avignon. El guión del podcast seguía un orden curioso: Nos recordaron a la audiencia el rigor de la vida de oración y penitencia de Catalina, antes de pasar al pasaje de la visita al Papa, como para que fuera inevitable conectar ambas cosas.

Es posible que las personas que crecimos escuchando las hazañas de los santos, hayamos perdido, en el peor caso el encanto por ellas, pero más frecuentemente la aplicabilidad de esas hazañas a la vida real. Si… yo ya sabía que ella fue a visitar al Papa, y lo dejé pasar sin notarlo muchas veces porque no se trata de un sangriento martirio o un milagro prodigioso. Sin embargo ayer me puse a pensar… FUE A VISITAR AL PAPA. Viajó hasta Avignon con recursos muy limitados, se presentó sin cita, sin ningún título o autoridad mundana, y presionó por varios días hasta conseguir que el Papa accediera a verla. Me golpeó el corazón ponerme en sus zapatos y ver lo cobarde que sería yo en esa posición. ¿Qué es lo que sostuvo a Santa Catalina?

  1. Voluntad. Comencemos con que FUE. Sabía que de su visita podía venir un gran bien, pues sólo le preocupaba la gloria de Dios y la salud de la Santa Iglesia, es más… El alma del Papa debía estar en juego también. Así que fue… Simplemente. ¿Qué puedo hacer yo con mi voluntad, si nisiquiera soy capaz de levantarme con la primera alarma?
  2. Completo descuido de los respetos humanos, pues ella sabía que era una mujer, apenas terciaria dominica, que no tenía poder ni dinero como justificar su encuentro con el Papa, menos para hacerle las caritativas correcciones que le hizo.
  3. Abandono total a la Providencia. Si yo sacara la voluntad de ir a hablarle al Papa, encontraría mil obstáculos e inconvenientes que me impedirían irme hasta tenerlo todo solucionado y cubierto; en cambio ella era realmente pobre. En la historia que escuché decía que su vestido estaba visiblemente gastado, y que su apariencia era humilde, y aún así allá llegó, tal vez nunca nos enteremos por completo del cómo.

Entonces pensé en su rigurosa vida de oración y penitencia, y para cada una las virtudes enumeradas se encuentra una raíz en el cultivo de la vida interior. Pero hay una raíz que todas tienen en común, y es el orden correcto de los afectos a las creaturas: Si Dios llama a hacer algo, ese llamado está por encima de las jerarquías humanas, de las costumbres, de los obstáculos materiales, de la PROPIA CARNE. Si Dios llama, Él ya ha puesto los medios. Y esto es fácil entenderlo en las cuestiones materiales o exteriores, es un poco más complejo en lo interior, pero es eso lo que encontré tan inesperado y fascinante.

Los medios para superar obstáculos como la timidez, el pánico, el respeto humano y la aparente dificultad para expresarse (que no se note que soy introvertida), son la vida interior misma, es decir la unión mística con Dios, que hacen que uno esté tan lleno del Cielo que no hay espacio para preocuparse por uno mismo. Dios es Inmenso, es el principio, el fin y el contenido; y como están ordenados los afectos, las personas se aprecian vulnerables y débiles, y la materia, vacía. Es más sencillo expresarse cuando uno está alineado con Dios en buscar el bien.

Esa es mi lucha inesperada… La lucha contra mi propia inseguridad. Siempre he entendido que mis inseguridades son excesiva preocupación de mi misma, pero sé que también son un buen punto de partida a la hora de entender que uno es tan poco como se siente. Que el resto de la vasija la llene Cristo con su Doctrina, su Sangre y su Gracia.

Publicado por

lauraceballosflrez

Soy compositora y soprano. Actualmente me dedico a cantar en ensambles vocales de música sacra, y a dictar clases particulares de canto, solfeo y piano. Me encanta leer, escribir, y el crochet.

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